Para otros
usos de este término, véase Moda (desambiguación).
La moda (del francés, mode y éste del latín, modus, modo o medida)
indica en su significado más amplio una elección o, mejor dicho, un mecanismo
regulador de elecciones, realizadas en función de criterios subjetivos
asociados al gusto colectivo.
La moda son tendencias repetitivas, ya sea de ropa,
accesorios, estilos de vida y
maneras de comportarse, que marcan o modifican la conducta de una persona.
La moda en términos de ropa,
se define como aquellas tendencias y géneros en masa que la gente adopta.
La moda se refiere a las costumbres que
marcan alguna época o lugar específico, en especial, aquellas relacionadas con
el vestir.
La moda como tal es todo lo que nos
rodea y que llamamos de alguna forma “Globalización”, estamos rodeados de moda, ya
sea únicamente hablando de ropa o todo lo que implica desde costumbres hasta
actitudes.
Unos de los ejemplos simples y
minimizados pueden ser: costumbre, hábito, conducta, repetitivo, ordinario, actualidad y dualidad.
Los creadores
de imagen
La moda como tal surgió en el siglo XIV,
y ha ido evolucionando hasta nuestros días. Durante cientos de años fueron los
monarcas y los nobles los que marcaron las pautas de la moda. En el siglo XVII, Luis XIII, rey de Francia, decidió ocultar su
calvicie con una peluca. Al poco tiempo, los nobles europeos comenzaron a
afeitarse la cabeza y seguir su ejemplo, imponiendo un estilo que duró más de
una década. En el siglo XIX, las revistas femeninas comenzaron a promocionar
las nuevas tendencias e incluso a ofrecer patrones económicos para que las
mujeres pudieran confeccionarse su propia ropa. Con la llegada del siglo XX y
la popularidad del cine y la televisión, las estrellas de la pantalla se
convirtieron en ídolos internacionales y empezaron a imponer la moda. Lo mismo
sucedió con los músicos famosos, los cuales pusieron en boga estilos radicales
que la juventud no tardó en imitar. Hoy en día, la situación apenas ha
cambiado. Los anunciantes se valen eficazmente de desfiles de modelos,
atractivas revistas de papel satinado, carteleras, escaparates y anuncios
televisivos para crear una demanda de prendas nuevas.
Siglo XVI
El Renacimiento italiano (capa corta y
sin capucha), el birrete, el sombrero con plumas y los zapatos de punta roma y
ancha. Las mujeres también llevaban sus bullones y acuchillados pero en las
mangas, y su gorguera rizada, además de las faldas y sobrefaldas, jubones y
corpiños, capas o mantos rozagantes y su cofia para la cabeza. A partir de la
segunda mitad del siglo, la creciente importancia de la monarquía española,
impone en Europa el estilo de la corte del emperador Carlos I de España, un
estilo de gran sobriedad, caracterizado por el uso de colores oscuros y prendas
ceñidas, sin arrugas ni pliegues y aspecto rígido, sobre todo en las mujeres en
las que se impone el uso del verdugado. En el borde superior de la camisa se
usa un cordón que dará lugar a la gorguera o lechuguilla.
Siglo XVII
En esta época domina la moda francesa
tanto en hombres como en mujeres. Se utilizaban los calzones cortos con medias
de seda, chupa y casaca que, a mediados del siglo, se vuelve más reducida y con
pliegues laterales hacia atrás y mangas estrechas. Con la caída de la dinastía
francesa vuelve el traje simple y se llevan calzones ajustados hasta media
pierna, chaleco, corbata y casaca, faldones con cuello alto y vuelo, pelucas
empolvadas y rematadas por un lazo, incluso sombreros de tres o dos picos.
Después de la revolución, se deja el cabello largo y liso, sombreros de copa
alta cónica o en tubo, con alas cortas y más tarde zapatos con tacón de color
al que se añaden lazos o hebillas y botas altas con vueltas. La mujer viste con
painers o verdugados anchos y aplastados en los dos frentes, corpiño encorsetado
y escote con gasas o encajes. Polonesas, batas con cuello de encaje y manga
larga. En el traje francés, corpiño puntiagudo, mangas abolladas, faldas rectas
y abiertas, que luego son drapeadas con polizón y larga cola. Cuello doblado,
mangas tirantes hasta el codo con chorreras. Junto con la revolución desaparece
el vuelo de la falda y se imita a las vestiduras clásicas: talle alto,
chaquetilla corta con manga larga, falda con pliegues, grandes escotes, chales
y guantes largos. En cuanto al peinado, hacia atrás con rizados que luego se
hacen más altos y voluminosos con tirabuzones, lazadas y plumas. Bonetes y
sombreros de alas anchas. Zapatos con tacón alto y punta estrecha, y luego de
algún tiempo se pasaron a los bajos.1
Siglo XVIII
Vestimenta del siglo XVIII en un cuadro
de Goya. En el siglo XVIII se destacan como prendas masculinas las casacas
francesas y las chupas (casacas de inferior clase y algo estrechas), las
chaquetillas, los calzones ajustados hasta la rodilla, las corbatas en vez de
las golillas, las pelucas y los grandes sombreros. Mientras tanto, en las
vestiduras femeninas continúa el mismo estilo que en el siglo anterior y se
adopta el uso de las mantillas para la cabeza. Se llevaban también vestidos
largos, grandes sombreros y sobre todo, la mujer se caracteriza en las altas
sociedad por llevar sobre su cuerpo un corsé, el cual era una forma de
demostrar su altura, entre otras cosas de esa época se usaban anillos, y
algunas veces guantes largos, collares y demás.
Siglo XIX
Durante este siglo fueron propios el
frac, la levita y el pantalón para los caballeros, y la mantilla de seda y las
peinetas para las señoras españolas. Además fue el apogeo de los grandes
faldones que llegaron a utilizar hasta 14 metros de tela durante 1860,
causando que las mujeres no pudieran caminar del brazo con un hombre.
Año 1900
La moda comienza en el año 1900 con
la llamada silueta S, debido al corsé que empujaba los pechos hacia arriba,
estrechando la cintura y sus faldas ajustadas a la cadera ensanchándolas en
forma de campana al llegar al suelo. En el mundo laboral se empieza a
incorporar los trajes sastre y el corte con influencia masculina para las
mujeres. Los vestidos eran largos, cubrían los zapatos, las plumas y los
encajes hacían furor, destacando los grandes sombreros con infinidad de adornos
y ornamentos. La moda prácticamente solo fue seguida por las clases altas y
medias. En 1908, la silueta fue mucho más recta, sin marcar tanto la cintura y
se produjo una oleada de orientalismo debido a los diseños de Paul Poiret y los
ballets rusos.
Década de 1910
En esta década se distinguen dos
periodos:
·
El primero hasta comienzos de la Primera
Guerra Mundial se caracteriza por ser el apéndice de la moda recargada propia
de la Belle Époque, así como por la aparición de una silueta que tiende hacia
la verticalidad en la mujer (se ponen de moda los corsés rectos y largos y las
faldas con poco vuelo y acompañadas de una sobrefalda) y al orientalismo.
·
El segundo abarca todo el conflicto antes
citado y se caracteriza por la aparición de modas mucho más cómodas para la
mujer (faldas con vuelo que se acortan hasta casi media pantorrilla y cuerpos
mucho más amplios), debido al hecho de que éstas tenían que suplir la falta de
mano de obra masculina en los puestos que estos antes ocupaban. Como causa de
esta comodidad en el vestir, tenemos la moda andrógina propia de los años
veinte.
En esta época la moda fue muy importante
e influyente ya que marco la división de clases, ya que solo las clases
sociales muy altas, eran las únicas capaces de poder importar sus vestidos o las telas de Francia, con tal
de estar a la moda. Las clases medias pretendían seguir este modelo, pero sus
recursos no eran suficientes para mandar hacer su costo modelo de vestido tan caro en
las grandes casas de costura en París. Y
por la clase baja esa era la que menos se preocupa en ese entonces por vestir
bien.
En 1920, la ropa comenzaba a ser mucho
más práctica. Nuevamente vuelve a cambiar la silueta, descendiendo la cintura a
su posición anatómica, marcando el talle y ensanchando los hombros. Se
popularizaba el traje de chaqueta para calle y para las fiestas se elegían los
vestidos con grandes escotes en la espalda así como abrigos largos con pieles.
En esta década se destacan las faldas cortas. Desaparecen los sombreros y se
vuelven a dejar crecer el pelo.
En esta década las mujeres cambiaron su aspecto
blanco por la apariencia natural del polvo facial rosado, creado por la cosmetóloga polaca Helena Rubinstein. Los años 20 fue una de las más
revolucionarias del siglo xx. Las mujeres
se destaparon y comenzaron a beber y a fumar en público como una provocación al
rígido estatus que
reinaba a principios del siglo.
Las mujeres lucían fatales de boca roja,
cabello corto y ojos pintados con sombras oscuras, y bailando jazz hasta el amanecer. Esta fue,
probablemente, la década más atrevida y transgresora. Fue una época de cambio radical que afectó todos los aspectos
culturales y que repercutió con fuerza en la moda.
1930 fue
una década de guerra y eso perjudicó a la moda. El 'look' se militarizó y los
tejidos se volvieron pobres. Debido a esto las chicas se vestían con uniforme
de ciudad, es decir, trajes de chaqueta. El largo se elevaba por debajo de las
rodillas popularizando los pantys, aunque fueron escasos. Usaban los zapatos
topolino, de corcho y los gorritos diminutos que eran muy sencillos o simplemente
pañuelos a la cabeza.
En 1943 volvió el esplendor, triunfó el
nuevo 'look' de Christian Dior. Otra vez se vuelve a forzar la silueta con una
cintura estrecha y tomaron volúmenes sus hombros y pechos. Se aumentó el vuelo
de sus faldas pero se mantenían por debajo de sus rodillas. Comenzó el culto
por la belleza porque las mujeres estaban hartas del estilo sobrio y cómodo;
las curvas eran el nuevo símbolo de la belleza femenina. Los zapatos se
estilizaron haciéndolos más puntiagudos, usaban abrigos de paño, bolsitos al
codo y los más elegantes sombreros.
Esta década se destaca por la
revolución. Se utilizaba ropa cómoda dando lugar a la ropa juvenil, dejando
atrás el lujo burgués. Se había puesto de moda la ropa extravagante. Los
estampados eran de mariposas y de flores. Las siluetas volvieron a ser más
lisas y se comenzaron a imponer rápidamente por todo el mundo las minifaldas.
En 1960,
los adolescentes se pudieron expresar libremente. Aquí surgió el concepto de la
ropa diferente, original, divertida y extravagante. El cabello se usaba corto y
con cortes geométricos. Tanto los hombres como las mujeres comenzaron a usar
pantalones de campana y se impusieron las blusas de algodón, etc.
Década de 1970
1970 fue una década muy diversa, aquí se
produjo un furor hacia lo retro.
Las flores fueron el principal símbolo no sólo en la ropa sino que también el
pelo, y representaban la ideología ilusoria que los guiaban a la llamada revolución
de las flores. Resaltaban los trajes y vestidos, que se lucieron
con ajustados pantalones. El algodón fue remplazado por la lycra,
usaban botas o zapatones de taco, tipo suecos.
Década de 1980
En 1980, la moda trajo consigo
considerables cambios. El nuevo estilo se caracterizaba por el uso de ropa interior visible, ya sea sobre una camiseta, debajo de una camiseta translúcida o
tirantes de encaje visibles. Esta nueva moda fue altamente controvertido
volviéndose un sinónimo de liberación para
las mujeres, ya que antiguamente usar la ropa
interior así les daba aspecto de una mujer desarreglada. Gracias a esta
tendencia, las mujeres de hoy pueden vestir camisetas cómodas sin tener que
preocuparse por las transparencias o los tirantes de los corpiños.
Década de 1990
Esta época se basaba en la variedad y no
en una tendencia específica y duradera. La gente trataban de ponerse lo que le
hiciera sentirse más cómoda, sin darle mucha importancia a la opinión de los
demás o a las tendencias, porque se había llegado a la conclusión de que no
había una verdadera libertad. Las camisetas de grupos musicales se volvieron
populares así como el cabello suelto. La gran innovación fue la aparición de
los piercings, tatuajes y pinturas de pelo.
Siglo XXI.
A finales del siglo XX y principios del
XXI, era posible ver, encargar y enviar la ropa a cualquier parte del mundo
gracias a medios de comunicación o Internet. Por consiguiente, la moda actual
parece que se está dirigiendo hacia una uniformidad universal.
Década de 2000
En el 2000 la moda se fue asociando y
cambiando según las distintas tribus urbanas, que constituyeron un modo de
vivir, una determinada actitud frente a la vida y que generalmente hacen
referencia a la juventud. La pertenencia a uno de estos grupos se hace evidente
en la ideología, la música, el modo de vida y también en la apariencia, siendo
el consumo de determinadas marcas de ropa, el uso de ciertas prendas o colores,
distintivos propios de las distintas tribus. Los hombres tanto como las mujeres
adoptan el chándal para todo
tipo de trabajo u ocasión. Las mujeres usan borcegos, zuecos o sandalias. Se
reincorporan prendas de los años 1980, regresando el estampado floreado. Se
usan los shorts, polleras, y pantalones tiro alto y las minifaldas.
Década de 2010
Los hombres implementan el escote en V
junto con pantalones chupines y zapatillas de marca. Los pantalones blancos en
los hombres son sensación, en cambio, los pantalones oscuros aportan una gran
elegancia, tanto como las camisas abiertas con una remeras o camisetas debajo y
arremangadas. Las mujeres prefieren moda fresca pero con un toque moderno, poco
maquillaje, cabello natural pero con peinados estructurados combinando un poco
de moda de los año 1960. El vintage tiene fuerte presencia en el guardarropa
femenino. En cambio en el vestir masculino empieza a crecer una moda
alternativa que busca identidad, donde influyen las tendencias y estilos
propios, siendo un poco más arriesgado y divertido.